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miércoles, 29 de enero de 2014

ALGUNOS FACTORES QUE INFLUYEN EN LA MALA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN COLOMBIANA


No se incluyen en este breve ensayo, las consideraciones en torno al hecho de que la educación es "Aparato ideológico de estado" porque pienso que es obligaciòn moral de toda Maestra o Maestro, haber profundizado en el tema.
ALGUNOS FACTORES QUE INCIDEN EN LA MALA CALIDAD DE NUESTRA EDUCACIÓN
Nuestra educación ha sido tradicionalmente Maestro-centrista y de allí se derivan muchas de las falencias de las cuales adolecemos actualmente. El cotidiano “Me hacen esta tarea”, “me estudian este texto”, “me presentan este trabajo”, “me ¿¿¿investigan??? este tema”; termina haciendo que El 99.9% de los estudiantes, crea firmemente que están aprendiendo para EL PROFE o por el premio de una nota, lo cual mata en ellos, la curiosidad, la iniciativa y el desarrollo del gusto por el aprendizaje; y los vuelve: perezosos, hipócritas o rebeldes
Otro factor que incide negativamente, es el hecho de que nuestros procesos de aula están diseñados para la BÚSQUEDA Y CORRECCIÓN DE DEFECTOS EN LOS ESTUDIANTES, y el desgaste que ello implica en todo sentido, es invaluable. Es indispensable iniciar un proceso que vaya dirigido a DESCUBRIR EN ELLAS Y ELLOS, VIRTUDES, TALENTOS Y POTENCIALES; y diseñar a partir de ese diagnóstico, unos procesos de aula dirigidos a estimular el crecimiento de esos valores para de esta manera ir recuperando o implementando gradualmente, la confianza que todo ser humano debe tener en sí mismo ya que la autoestima es la base de todo valor democrático, puesto que garantiza un plano de igualdad que permite, mediante el respeto, disfrutar de la diversidad de los otro y logra que las niñas y los niños, puedan descubrir por sí mismos; la esencia que da vida a todo ser humano, la fuerza que permite generar los propios sueños, la luz que deja ver más allá de lo evidente, el oído que posibilita escuchar de corazón, el gusto que ayuda a saborearlo todo, el olfato que perfuma y el sol sobre el que orbitan todas nuestras personalidades reales y posibles.
En cuanto hace relación a la “muy conveniente” dosificación del conocimiento expresada en los HORARIOS DE CLASES, uno se pregunta, ¿Cómo reaccionaría una persona a la cual le sirvieran un cocktail compuesto de 5 ó 6 elementos: Café, Sancocho, jugo de guanábano, leche, una copa de limón y azúcar al gusto? ¡Terrible! Creo que nadie se lo tomaría. Y eso es exactamente lo que hacemos todos los días con nuestros estudiantes cuando les "dictamos" una hora de matemática, una de Sociales, dos de Ciencias naturales, una de Inglés y la última de "tecnología e Informática" sin la dosis de "Azúcar al gusto". Eso todos los días durante cuarenta y tantas semanas, insensibiliza el gusto, mata el entendimiento y envenena el alma.
SE RECOMIENDA SU DIFUSIÓN POR TODOS LOS MEDIOS SIN PERMISO DEL AUTOR.

Gustavo López Gil

CONSIDERACIONES EN TORNO AL ENOJO “GENUINO”

Hola compañeras y compañeros. 
Mis màs sinceras excusas por haberlos abandonado durante tanto tiempo: pero me habìa recargado al Facebook . Espero que los dos pequeños ensayos les sean útiles.
G.Lòpez

CONSIDERACIONES EN TORNO AL ENOJO “GENUINO”

Quiero enfatizar en la palabra genuino, para diferenciarlo de aquel que se usa para manipular: emociones, sentimientos y afectos en los demás, y que es muy común en los niños, en las parejas, en las madres y en los padres y en casi todos nosotros; dependiendo de nuestros intereses. (casi siempre está exento de ira)
La sensación que comúnmente llamamos “Enojo real”, es una reacción del ánimo cuando nos enfrentamos a situaciones conflictivas o problemáticas que muy a menudo nos hacen creer que algo o alguien amenaza nuestra estabilidad, bienestar o seguridad, que somos injustamente ofendidos o minusvalorados por otros o por nosotros mismos 
A diferencia de otras emociones, el enojo es de fácil acceso, es intenso, es obnubilante y su temporalidad o duración depende en la gran mayoría de los casos, del temperamento de quien lo sufre.
Hasta aquí, el enojo, sin más arandelas, es legítimo, razonable y susceptible de ser considerado como una de tantas posibilidades de tener conciencia de nosotros mismos o de los demás. Lo complejo del enojo está en la forma como lo expresamos o manifestamos: cólera, rabia ira, agresión, temor, llanto incontrolable, desórdenes físicos etc. 
De las actitudes antes mencionadas, merece un párrafo aparte lo relacionado con la Ira y la forma como la exteriorizamos o desplazamos. Si permitimos que ésta tome una dirección equivocada (agresión o inhibición total) los resultados pueden ser catastróficos. Lo ideal sería que pudiéramos articular nuestra ira gritando, bufando, pataleando, dando portazos, manoteando o hablando con nosotros mismos o con alguien acerca de ella, pues dirigirla contra las personas o contra los objetos implica demasiados riesgos; tantos o más que callarla. Una persona que no expresa su ira o frustraciones es propensa a sufrir continuos trastornos físicos (somatizar enfermedades), a disminuir su eficacia en el trabajo, a volverse huraña e inaccesible, a desarrollar frigidez o impotencia, a ser víctima de frecuentes olvidos, a causar constantes accidentes caseros o fuera de casa, a conducir siempre a altas velocidades, a desarrollar adicciones u obsesiones (el ama de casa o la persona que refriega ordena y limpia persistentemente su casa)
Como sé que las normas para todos no sirven para nada, no pienso generar aquí un listado de “Pautas para controlar el enojo”, más bien les cuento qué estoy haciendo para superar mi perjudicial tendencia al enojo genuino (ya no tengo que manipular a nadie).
1. Estoy entendiendo que la gran mayoría de mis enojos, tienen que ver con la elevada percepción que tengo de mí mismo lo cual me conduce a tomarlo todo como “Personal”.
2. Estoy superando la dificultad que tengo para comunicar mis pensamientos y sentimientos a mí mismo y a otras personas.
3. Estoy dedicando más tiempo a hablar solo o a escribir acerca de todo aquello que me hace enojar y a determinar su importancia dentro de mi vida, intentando llegar a la conclusión de que nada o nadie merece el “honor” de mis enojos
4. Los últimos enojos, me han puesto al borde de un infarto y me han generado unas neuralgias y decaimientos que mi cuerpo no se merece.
5. Es claro que los seres humanos tenemos el derecho a reclamar y a expresar cuanto sentimos sin maltratar ni ofender a nadie.
6. Estoy entendiendo que el enojarme no soluciona nada, al contrario, afecta más de lo que creo a mis seres queridos.
7. Finalmente, me he puesto en el plan de observar a quienes se enojan y si yo me veo así, (o peor) no quiero volverme a enojar.
Que pasen un resto de día muy feliz, y no se contenten con un “me gusta” porque van a perder su capacidad de expresión. Pueden contarme qué hacen para controlar su enojo.

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Gustavo López Gil