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jueves, 3 de marzo de 2011

EDUCACIÓN PARA MANTENER LA MISERIA

Hola compañeras y compañeros.
Revisando mi vieja agenda me dediqué a ensartar estas perlas; unas mías otras de otros; pero que a mi juicio plantean un cúmulo de verdades que como Maestros debemos tener en nuestra lista de temas para la reflexión. Es un poco extenso; pero como a los Maestros nos gusta leer, no creo que haya mucho inconveniente

ALGUNAS PERLITAS PEDAGÓGICAS

UN POCO DE HISTORIA.
Una mirada  a “vuelo de pájaro” sobre la historia del conocimiento en Colombia, nos deja ver (si queremos) que desde la invasión española no han parado las masacres de generaciones enteras de colombianos; unas, debido al baño desangre que sigue vigente en nuestro país; y otras que están asociadas a la miseria, la falta de oportunidades y a la indiferencia permanente de los actores protagónicos en el campo social; especialmente en el de lo educativo. Quienes logran sobrevivir a la violencia física, no logran superar la barbarie que significan: la exclusión social y la desigualdad, generadas por la falta de oportunidades en educación; un factor de violencia que aunque no físico, ni muy notorio, afecta profundamente a las personas y mengua sus posibilidades de acceder a una vida medianamente digna
Desde el principio de la conquista, el saqueo, el dinero fácil, obtenido, primero, de la confiscación de los patrimonios de los aborígenes, luego de sus posesiones y finalmente de su propia labor, vía esclavismo y sostén, establecieron formas de explotación que determinarían el futuro del país. En cuanto a la educación, el acaparamiento por parte de las instituciones religiosas, dejó sin chance a las instituciones político-sociales concebidas por las sociedades modernas para la educación. En este frenesí, no se reconoció la riqueza cultural de los aborígenes y más tarde de los mestizos; cientos de miles de seres humanos fueron arrasados, eliminando infinidades de saberes y conocimientos. De esta manera, se cortó de raíz, la posibilidad de que las futuras generaciones disfrutaran de una humanidad más diversa y más rica. La educación era (¿O sigue siendo?) un cúmulo de credos que se impartían desde las aulas y los altares, y así se certificó un muy eficaz sistema de resignación y alienación. Con una cobertura casi universal, el oscurantismo y el fanatismo, desplazaron a la verdad social y al conocimiento, lo cual trajo como consecuencia una casi total extinción de la libertad y del pensamiento, y un muy pobre remedo de democracia, dada la incapacidad de las personas para reconocer la realidad que impuso la desinformación del credo, primero, y de los mass media después,. Paralela al retrógrado y cruel sistema educativo, surgió una clase política corrupta, rentista e inepta que ha desangrado y pervertido desde entonces,  la verdadera función del Estado y los bienes públicos.
Creo entonces, que no nos cabe la menor duda de que desde la conquista hasta el presente, la educación ha  representado un instrumento de poder, de sometimiento confesional, de represión social en favor de esa clase social; que aunque tenga el estomago y la alacena repletos, siempre está con hambre, y que por medio de la religión primero, y de múltiples aparatos ideológicos de estado, después, creó relaciones sociales serviles, autoritarias, legales para una débil democracia e ilegítima en términos reales..
Que ha habido algunos intentos por cambiar este horroroso esquema, no se puede negar; pero no han tenido ni la radicalidad ni la contundencia necesaria para su permanencia.
En los años treinta, durante la República Liberal, y más adelante en la década de los sesenta, se hicieron unos tibios intentos por condicionar el papel monopólico de la iglesia y por desarrollar instituciones de control, promoción y perfeccionamiento de políticas educativas; pero estos intentos fueron permeados por el clientelismo, la corrupción y el desgreño institucional. Para colmo de males, como producto de muchas variables sociales, económicas y demográficas, el país hizo tránsito de sociedad rural a sociedad urbana, lo cual generó una respuesta social y estatal demasiado débil para el reto planteado.
En los años ochenta comenzó a instituirse gradualmente una reculada del Estado en sus funciones, entre ellas las de liderar, garantizar y proveer la educación, lo cual culmina en los noventa con la nueva carta política que restituye a la educación la importancia  necesaria, sin embargo, al desarrollar las leyes que habrían de reglamentarla, se lanzaron proyectos incoherentes e ineficaces, y casi todos, opuestos al espíritu de la Constitución, que obstruyeron desde su puesta en marcha la posibilidad de cimentar un ideal serio; y que devinieron en el océano de lingüística educacionista en el cual nos estamos ahogando: Instituciones educativas, docentes, estudiantes y padres de familia.
Lo anterior nos permite afirmar sin miedo a equivocarnos que nuestra educación está planeada y “ejecutada” no para hacer a nuestro pueblo: sabio y feliz, sino para “mantener la miseria y el padecimiento de las mayorías”. Esquema que ha funcionado a la perfección en el cotidiano e inhumano quehacer de continuar reproduciendo las condiciones que propician la concentración de la riqueza, y permiten a los ricos ser más ricos y más pocos, mientras los pobres… 

CARACTERÍSTICAS DE NUESTRA EDUCACIÓN.
Sería demasiado aletargador y en contravía con la intención del presente artículo, hacer una exposición detallada de las razones que condujeron a la afirmación contenida en el título del primer bloque. Atendiendo a lo aconsejado por la experiencia, es preferible intentar un listado que haga más cómoda la lectura de esta parte que es no menos importante que la primera. Atención:
  1. ®    Colombia carece de valores, de identidad; el Estado es débil y corrupto, la sociedad está en descomposición; el sector productivo es incompetente; por tanto, el proceso vital de educación no existe: lo que hay es un proceso deformador que no puede ser denominado como proceso educativo.
  2. ®    En términos de calidad respecto a los bienes públicos de la educación, el país tiene un pobre desempeño, ya que familia, sociedad, Estado y sector productivo no cumplen las demandas mínimas de un ser humano y de una sociedad moderna en materia de educación.
  3. ®    Colombia dedica históricamente entre un 3% y un 4% del gasto del PIB a la educación. El financiamiento se puede definir como de subsistencia precaria; somete a la educación a la variación del ciclo económico por ser de carácter incremental, lo que no quiere decir que el presupuesto aumente en términos reales; el presupuesto es insuficiente, no considera las necesidades reales de la educación, responde a cuestiones de coyuntura; existen escuelas en condiciones decadentes e inhumanas, producto de las bondades de la descentralización de responsabilidades pero no de recursos. La eficiencia plena de la capacidad instalada del sistema educativo, es incapaz por sí misma de responder a las enormes carencias de cobertura, calidad y equidad de la educación. El financiamiento a cargo de las familias vía educación privada es insuficiente para la puesta en marcha de un proyecto serio. Hoy en día se está produciendo la privatización, vía financiamiento de "establecimientos tuguriales", sin que ello represente un beneficio sino un costo, ya que se trata de negocios rentistas, ilegítimos, porque carecen de responsabilidad
  4. ®     De cada 100 niños que ingresan a la primaria, únicamente 42 logran llegar a noveno grado, sólo 34 logran graduarse de bachilleres y sólo 5 culminan una “educación para cajeros”. En lenguaje oficial: “En Colombia hay altas tasa de repetición y deserción escolar”; Pero según mi humilde opinión: “La escuela es una empresa que desperdicia el 95% de la materia prima que recibe”. Seguramente se pueden reconocer muy pocas excepciones tanto en el sector público como en el privado.
  5. ®    En Colombia la oferta educativa ha venido transformándose; en educación superior, más del 70% de la oferta es de carácter privado, al paso que la experiencia mundial en la mayoría de los casos es inversa: por lo menos el 70% de la educación superior tiene carácter de oficial. El informe preliminar de desarrollo humano del PNUD da luces de la brecha y el poco honroso lugar del país a nivel mundial.
  6. ®    El país tiene una estructura educativa para las elites que se forman con una visión lejana de la realidad con mejor calidad de insumos, recursos, dotaciones, alto subsidio cultural, acceso a las tecnologías de la información, mientras la educación media y básica oficiales difícilmente funcionan. El subsidio cultural de las clases excluidas es el padecimiento de la miseria, la violencia y la falta de oportunidades. A lo anterior se suman los pobres factores ambientales, de infraestructura y ayudas didácticas que condicionan el acceso a la educación superior y malogran el objetivo de la educación básica y media nacional.
  7. ®    En Colombia, se piensa que educación consiste en ir a la escuela y sentarse a recibir datos, concepto alimentado por procesos de aula que se limitan a transferir datos, de forma ineficiente, y que generan ineluctablemente pasividad y otra multiplicidad de actitudes negativas en el individuo. Éste no cuestiona los conceptos, aprende a repetir y a creer que no puede acceder al conocimiento su aplicación y desarrollo, si no es con ayuda del maestro, (Quien también termina creyéndoselo).
  8. ®    Con respecto a los contenidos y programas para el desarrollo de las capacidades humanas. Desde el ciclo básico, los estudiantes son formados en una educación clásica que ha cambiado muy poco en relación con la dinámica mundial. Estos procesos, hacen  incompatibles los conocimientos adquiridos con las necesidades de la educación superior; el individuo llega sin habilidades o aptitudes –ya sean manuales, artísticas, técnicas, tecnológicas o científicas–, luego no hay capacidades para apropiar y aplicar de manera eficaz el conocimiento a la solución de problemas. La no relevancia de la educación técnica y tecnológica se condiciona desde el ciclo de la educación media, sugiriendo culturalmente que se trata de educación “de segunda”, dirigida a personas con menores capacidades que quienes van a una universidad; este hecho ha venido consolidando una oferta educativa centrada en una formación para "oficinistas" que está lejos del saber técnico-científico y de las necesidades del aparato productivo.
  9. ®    Desde hace muchísimos años la matrícula superior en Colombia sigue concentrada en unas pocas áreas del conocimiento, correspondiente a las profesiones liberales clásicas, mientras continúa siendo mínima  en las áreas del conocimiento científico, tecnológico, humanístico y estético, indispensables para el desarrollo social, económico y cultural del país".
  10. ®    El docente no es considerado eje fundamental en la formación de competencias básicas, toda vez que el Estado prefiere tenerlo como contestatario y no como socio.
  11. ®    El sistema de educación carece de un objetivo común, porque no existe un proyecto de nación que permita encauzar el acervo educativo alrededor de unos principios o bases para construir la nacionalidad, la identidad y el futuro del país:
o   Primero, la familia está ausente del proceso educativo.
o   Segundo, no existe el hilo conductor que congregue familias, sociedad, Estado y sector productivo en torno a objetivos comunes.
o   Tercero, los ciclos educativos no están vinculados, lo que explica parcialmente el cuello de botella al finalizar cada ciclo educativo.
o   Cuarto, las políticas educativas implantadas desconocen la necesidad de coyuntura de los ciclos educativos.
  1. ®    Ser maestro en nuestra tremenda y dulce tierra Colombiana, se ve como una profesión “de quinta”; la remuneración no se compadece con la enorme responsabilidad que acarrea la formación; no se desarrollan políticas que permitan actualizar conocimientos y métodos pedagógicos, que surgen cada día a un ritmo más acelerado. Los maestros mismos nos subestimamos, tenemos un temor visceral al estudio de lo político como complemento de nuestra formación y en los peores casos, muchos docentes, son simplemente la cuota burocrática del cacique de turno, lo cual afecta el compromiso del docente con el país y con la tarea educadora y ha alentado a muchos críticos a decir que la profesión docente, es un “escampadero de mediocridades” puesto que quienes acuden a las facultades de educación, lo hacen como último recurso y alentados por las facilidades de ingreso que se ofrecen. En nuestro país, la sentencia  de Fernando Savater "Educar es un acto de valor", se cumple con creces, porque en Colombia educar correctamente puede sonar tremendamente subversivo para los para-estados, y aun para el establecimiento ser maestro puede significar ser objetivo militar o blanco de persecución política.
  2. ®     El problema de acceso las tecnologías es un elemento de primer orden para la educación en muchos países; sin embargo, Colombia tiene un sistema de "subsistencia precaria", (Computadores para arreglar; perdón, para educar) que no beneficia a la gran mayoría de los niños Colombianos quienes al no disponer de un computador, contribuirán a ampliar la brecha internacional. Lo grave de la situación es que si ni siquiera los maestros poseen acceso masivo a dichas tecnologías, ¿cómo podemos pensar en masificar el acceso de los alumnos a estas tecnologías en función de la educación?,
PARA REFORZAR; Y A MANERA DE CONCLUSIÓN
  • a.      Un país pobre en capacidades y capital humanos limita el ingreso de las gentes en un mercado laboral que exige cada día más conocimiento; en consecuencia, los bajos salarios que perciben las personas con una educación de baja calidad contribuyen a concentrar el ingreso y a aumentar las carencias de la población pobre. La baja calidad en los ciclos básicos dificulta el acceso a una etapa de educación superior y constituye una barrera para la movilidad social.
  • b.      La ausencia de valores, de calidad en la educación, hace que los jóvenes y la población sean afectados por la violencia, por conductas nocivas físicas y psicológicas que conducen a la intolerancia y a la no convivencia pacífica. Los anteriores hechos excluyen a la juventud de la dinámica social, generan baja autoestima y minan toda posibilidad de desarrollarse dignamente. Los ciudadanos del futuro están siendo masacrados física, moral y espiritualmente. Al país y sus dirigentes parece importarles poco el futuro que le espera a la juventud de hoy. El problema de la educación es el reflejo de una nación que se está desbaratando en manos de unas generaciones violentas, voraces con los bienes públicos y la riqueza nacional, e incapaces de mirar más allá de sus intereses personales o de clan.
  • c.       Las bajas capacidades humanas condicionan la posibilidad del individuo de reconocer su entorno y la problemática que contiene; por ello el individuo no está en capacidad real de hacer una elección que verdaderamente satisfaga las necesidades propias y las de la sociedad, y la democracia se convierte en una mentira construida sobre la miseria humana. La capacidad de elegir, que según Elver Galarga, se amplía con la educación, en Colombia está lejos de darse; aunque el deber ser de la educación es estimular al individuo, el sistema educativo y el país en general lo intimidan, lo empujan hacia una sociedad en la que es difícil expresarse, pedir justicia o ser transparente. No hay libertad porque no hay oportunidades reales. El individuo difícilmente es dueño y constructor de su destino.
  • d.      Una población que carece de capacidades humanas, compromete el frágil tejido social y las relaciones de confianza. El individuo es el componente vital de la sociedad y en Colombia dicho individuo carece de valores, de ética ciudadana y de compromiso con el país. No existe organización ciudadana que exija responsabilidad social a la clase política; no hay demandas sociales de transparencia e imparcialidad de los medios, la sociedad no tiene confianza en las instituciones, la participación cívica y política son decadentes o no existen y los principios de solidaridad y cooperación se oponen a la imperante racionalidad del rebusque. No existe una organización social y cívica que medie en los conflictos sociales, económicos, políticos, ambientales y educativos; en palabras del PNUD, la nación no ha desarrollado las inteligencias sociales necesarias para asumir los retos del siglo que apenas comienza No es extraño entonces, que los individuos al disponer de menos capacidades creen, por acción u omisión, ambientes propicios para la acción de los corruptos; a su vez, los funcionarios con pobreza de capacidades humanas y valores cívicos son más proclives a cometer actos corruptos.
  • e.      La suma de estos factores,  impide el desarrollo de una plataforma científica acorde con las necesidades y particularidades nacionales. El caudal científico es insuficiente, y el sistema de generación de conocimiento, desencajado; no existen redes de cooperación inter, intra o transdisciplinarias. Los centros de investigación científica están desvinculados y desconocen las necesidades del sector productivo; ello incide en la  casi nula apropiación de la ciencia y la escasa generación de tecnología en función del desarrollo social y del crecimiento económico.
  • f.        Como consecuencia, nuestro país carece de un capital humano formado para el trabajo, la ciencia y la tecnología. y el individuo, no tiene posibilidades de aportar al desarrollo del país; a la sociedad, ya que su descomposición por ausencia de valores y confianza genera altos costos de transacción al Estado, que es incapaz de regular y dar señales coherentes al sector privado, y el sector privado mismo, no encuentra ni genera espacio para crecer, dedicando la riqueza a actividades especulativas que agravan la dinámica de desindustrialización del país, comprometiendo su desarrollo y competitividad… Miseria y padecimiento para las mayorías.

2 comentarios:

  1. Hola Profe.
    Argentinísimos saludos. Macanudo ensayo; largo, pero pleno de verdades: Le recuerdo que por menos que eso muchos de sus colegas están tres metros bajo tierra o están desaparecidos.
    Por favor, cuidese mucho que personas como Usted son muy valiosas. Espero que muchos maestros colombianos lo hayan leido y debatido; nosotros lo estamos usando como referente en nuestras jornadas pedagógicas.
    Saludos Esteban

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  2. Hola Profe.
    Como siempre, Usted está en lo cierto. Muy valioso su aporte, aunque personalmente creo que son muy pocas las personas que lo han leído. El Che Esteban tiene toda la razón en cuanto a lo de seguridad, pero yo se que es tiempo perdido decirselo otra vez.
    Lo quiero mucho Karen

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