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miércoles, 11 de enero de 2012

ACERCA DE LO AFECTIVO COMO NECESIDAD BÁSICA DE LOS SERES HUMANOS


Hola compañeras y compañeros.
Someto a su acertado juicio este "Polvo" acerca del "afecto" y su incidencia en el desarrollo humano. Por supuesto, es mi muy limitado punto de vista y por lo tanto, quedo a la espera de sus comentarios en favor o en contra. 
Gracias por su tiempo y su paciencia.
P.D.
en el Blog: enestainmensidadnuestra.blogspot.com encontraran un listado de casi todas las enfermedades y su estrecha relación con lo afectivo, que vale la pena leer; además el Blog es de una belleza especial
G: López


“SANA QUE SANA COLITA DE RANA”.

Quién de nosotros no recuerda esta mágica y terapéutica rima, aplicada a casi todos los dolores de la infancia (físicos o espirituales ), que invariablemente, iba unida a una caricia en la zona afectada, y que casi siempre, tenía como consecuencia, la mágica vuelta a la calma y a la normalidad. (Yo la usé con mis hijos y le agregué lo del “besito sanador”). 
Su magia radicaba en el gran contenido de “Afecto, amor, simpatía…” implícito en todo el proceso. Y es precisamente, este tan olvidado e imprescindible “Afecto” y los sentimientos afines,  la materia de la cual tratará muy básicamente este intento.
 La enorme complejidad de las relaciones afectivas,  impide hacer aquí una exposición más extensa. El afecto no debe magnificarse como una entelequia espiritual ni angelical, sería mejor; para efectos de una mas ágil comprensión, considerarlo en su forma más simple, como la: “Ayuda que necesitamos para sobrevivir”. Que esa ayuda esté o no determinada por otros sentimientos, ya es objeto central de la Psicología como ciencia que se ocupa del “Afecto”  y del alcance que las relaciones afectivas tienen sobre la conducta y la salud de los seres humanos (Biopsicología).
Si consideramos el afecto básicamente como “la ayuda que necesitamos para sobrevivir” entonces, este comportamiento queda enmarcado dentro de las necesidades básicas del ser humano y adquiere la categoría de “imprescindible”, especialmente para los más frágiles, aquéllos que están en los extremos de la vida, las personas mayores y los niños: (Nuestros hijos y nuestros estudiantes). Para ellos es tan necesario, que  sin afecto enferman, y no sólo del alma con disfunciones psicológicas y del comportamiento; sino, también con enfermedades físicas, de sus órganos. La carencia de afecto produce una sensible y peligrosa disminución en las defensas, y en consecuencia, más infecciones, también malnutrición y talla baja. En el pasado, estos efectos perniciosos eran más notorios en los niños de orfanatos porque sufrían una intensa y permanente deficiencia de cariño y estímulos. En la actualidad, las consecuencias de la falta de cariño son menos evidentes en el desarrollo físico, pero continúa siendo una causa de talla baja
Para enumerar y entrar en detalle acerca de las funestas consecuencias de la falta de afecto (Y del exceso del mismo), se necesitarían más de las cuartillas y de los conocimientos de los que dispongo; por ahora, me contentaré con mencionar que: "El déficit afectivo conduce además a los niños a inmadurez en el desarrollo como persona, dificultad para relacionarse de adultos y adolescentes, inadaptación social y quizás a la delincuencia". La falta de cariño facilita los accidentes, tanto dentro como fuera del hogar, porque la vigilancia y cuidados disminuyen, aumentando las intoxicaciones y accidentes, causas importantes de enfermedad e incluso de muerte. Como los niños aprenden sobre todo imitando (no con sermones ni consejos), pueden reproducir en su edad adulta este modelo poco afectivo, distante y frío de conducta, que luego puede tener repercusiones sobre las relaciones personales de adultos.  
El afecto se inicia nada más nacer,  con las miradas y las caricias, al bebé, incluso a los recién nacidos prematuros. En las siguientes semanas, arrullándoles, hablándoles, alimentándoles y acariciándoles. El contacto directo piel contra piel es sedante y gratificante para padres e hijos. Más tarde, el afecto se expresa espontáneamente gracias al vínculo establecido por el roce, el contacto y el reconocimiento de esas personas como cercanas.  En los siguientes meses y años, el afecto que los niños necesitan de sus padres se administra mediante el juego, porque el mejor juguete del niño pequeño es su madre o su padre. El juego es vital para los niños, representa su principal actividad, y puede afirmarse que sin juego no hay salud: mientras un niño juega está sano. En la edad escolar, el afecto y el cariño consiste en dialogar con el niño o la niña, respetar sus opiniones y entender sus intereses. Para todo esto se necesita tiempo, más en calidad que en cantidad. Sin tiempo no hay roce, no hay contacto físico, verbal, ni visual; y sin roce no hay cariño.  Aunque los padres dispongan de poco tiempo, (realidad difícil cuando no imposible de modificar en muchos casos), por favor dediquen un poco de tiempo a cubrir afectivamente a sus hijos, no a leer el periódico, ver la televisión o descansar. Juega, acaricia, habla y respeta a tu hijo. Su salud mental y física te lo agradecerá.  
El afecto es como una vacuna que previene contra múltiples enfermedades, una medicina barata, accesible a todo el mundo y sin efectos secundarios, para la que no se necesita receta, manual de instrucciones ni conocimiento alguno. La mayoría de los animales lo aplican con sus crías, miles de millones de humanos ricos o pobres, cultos o incultos, inteligentes o no, lo han empleado desde siempre con sus hijos.  El nivel de conocimientos o de entrenamiento para dar afecto a los niños, es ninguno. Sólo se precisa disponibilidad y tiempo. Por desgracia, muchos padres actuales, inteligentes, incluso bien situados social y profesionalmente no tienen tiempo para 'inyectar' a sus hijos esta vacuna que no se puede adquirir en el mercado, y que sólo ellos pueden aplicar. Compaginar las legítimas aspiraciones personales y profesionales de los padres con el tiempo necesario para aplicar este eficaz medicamento es,  imprescindible.  Cuanto antes apliques la vacuna del afecto mejor; unos años más tarde, no será tan efectiva. Te recomiendo una vacuna de afecto todos los días.