Hola a todas y a todos. Leyendo el diario Occidente del miércoles 7 de Junio de 2010, me encontré este "Polvo" de Angélica A. en una columna titulada: Rincón del pensamiento. Me pareció adecuado para que Maestras y Maestros, lo comenten con sus niñas y niños
JAMÁS PERMITAS.
Jamás permitas que ningún hombre te esclavice, tú naciste para amar y ser amada… No para ser esclava.
Jamás permitas que tu corazón sufra en nombre del amor, amar es un acto de felicidad, no de sufrimiento
Jamás permitas que tus ojos derramen lágrimas por alguien que nunca te hará reír.
Jamás permitas que tu cuerpo sea usado, es la morada de tu espíritu; mantenlo apreciado.
Jamás permitas quedarte horas esperando por alguien que nunca vendrá, aunque te lo tenga prometido.
Jamás permitas que tu nombre sea pronunciado en vano por un hombre que no vale la pena.
Jamás desperdicies tu tiempo con alguien que nunca tendrá tiempo para ti.
Jamás permitas que alguien te hable a gritos; si te han de hablar que sea con la autoridad que deviene del amor.
Jamás permitas que pasiones desenfrenadas te saquen del mundo que has construido, para hacerte entrar en uno del que tal vez no saldrás bien librada.
Jamás permitas que tus pasos caminen en dirección de un hombre que se la pase huyendo de ti.
Jamás permitas que los sueños de otros se mezclen con los tuyos, para convertirlos en una gran pesadilla.
Jamás permitas vivir angustiada en la dependencia de un hombre, que te hace creer que tú naciste inválida y sin iniciativa.
Jamás permitas que la soledad, el dolor, el resentimiento, los celos y el rencor, debiliten la enorme fuerza interior que Dios puso en ti.
Jamás te permitas perder la dignidad que va cosida a la palabra mujer.